Un despertar tan amargo como el del sábado no lo quiero volver a tener.
El fallecimiento de Luis Aragonés me ha trastocado bastante. Me ha congelado el pensamiento durante muchos instantes y a su vez me ha demostrado la escasa generosidad de la sociedad española en cuanto a la repercusión de su importancia en la historia del fútbol español.
Empezaré a decir que de todo lo que he leído y escuchado estos días me quedo con la columna escrita por el mejor jugador de fútbol que yo he visto en vida, Xavi Hernandez, escrita en El País y con la frase pronunciada por Josep Guardiola «Cambió la mentalidad de un país, con apenas cambiar el de una generación». Aseveraciones tan contundentes necesitan pocas o ninguna contestación, sencillamente por que está en lo cierto. También tiene cabida en este apartado de loas la que escribe Fernando Torres en su web
Hombre de cortos recorridos en los banquillos de equipos en cuanto a la durabilidad de su estancia, exceptuando su primer ciclo en su Atlético de Madrid, tuvo más repercusión mediatica por su afamado carácter cargado de énfasis motivador que por sus planteamientos o ideario futbolístico. Grosso modo fue un entrenador exitoso, con titulos en el equipo colchonero además de un ascenso y con brillantes resultados en el Real Mallorca, además de un subcampeonato con el Valencia. También consiguió una Copa con el Barça y fue recordado en el Sevilla y Oviedo gratamente.
Ciertamente que su vida y la de todo un país vira radicalmente cuando se hace cargo de la selección nacional después de la penosa Euro de 2004 con Iñaki Saez. Clasifica a España para el Mundial de Alemania y después de un primer sensacional partido contra Ucrania y una primera fase con pleno de victorias, se enfrenta a Francia en octavos de final alineando un equipo de ensueño y reclamado por todo el entorno futbolístico nacional. Alonso – Xavi – Cesc – Raul – Villa y Torres forman el equipo de medio campo para arriba. El once soñado por todos está en el campo. Resultado, eliminados.
Después del varapalo Luis alinea en tres ocasiones más al capitán madridista Raúl Gonzalez. Cae inesperadamente en Irlanda del Norte y «zapatones» da por concluida la etapa del jugador blanco en el equipo nacional. Un mes después ya no cuenta para Luis y comienza la era postraul. Clasifica a España para el torneo europeo de naciones con claros ejemplos de lo que quería para su equipo. Un gol antológico de Sergio Ramos después de marear al equipo danés durante casi dos minutos y un sinfín de toques y pases precisos entre los bajitos. Y como bien le decía al arquitecto de este juego, a Xavi, España ya sabía a lo que quería jugar. Asociar a los buenos, a los bajitos, a los del toque y movimiento. Los Xavi, Iniesta, Cesc, Silva, Cazorla, Villa encandilan al mundo futbolistico antes de llegar a tierras austriacas para la concentración del torneo internacional. España inicia el campeonato jugando muy bien ante Rusia, gana a Suecia en las postrimeriasdel partido y vence por inercia a Grecia.
Para el país y para el equipo llega el momento que cambió la historia, nuestra historia. Después de un partido dominado por el equipo español la suerte de los penaltis está del lado hispano y se clasifica, por fin, para una semifinales de un gran torneo venticuatro años después y sobre todo con la sensación de haber roto un gafe, haber traspasado el límite psicológico de un país que no creía nunca en él. En semifinales se reta ante la Rusia de Arshavin y desarrollo un juego primoroso en la segunda parte donde España anota tres goles que le conducen a la final.
Este partido ante los sovieticos es para el firmante uno de los mayores espectáculos jamás visto sobre un campo de fútbol. Un monumento orquestal a este juego llamado balompié.
Y después llegó la gloria…. un gol de su ahijado Torres catapulta a España a su primer gran título en color y con las bendiciones democráticas.
En un articulo hace pocas semana enuncié mi listado de entrenadores influyentes. Encabezado inamoviblemente por Juanma Lillo es secundado por Guardiola, Aragonés, Del Bosque y Bielsa.
No ando desencaminado al decir que la veneración por Aragonés ira in crescendo con el paso del tiempo por parte de los que no lo hacen.
Fue inteligente porque adaptó su forma de jugar a los equipos que tenía. Buscaba en el aspecto psicologico un elemento fundamental en el juego tanto a favor como en contra.
España le debe un monumento. España le debe las gracias. España le debe la gloria.