La redención tempestuosa

Creí haber nadado desnudo en su olejae, haber olido su perfume inmaterial, estar cobijado entre sus tentaculos del amor. Pero, ahora, en frio y a flor de labios y con cuchillos de saliba no hago más que dudar de mis dudas y al saber que ahora todo se hunde y ciertamente sólo tu puedes salvarme. […]