Creí haber nadado desnudo en su olejae, haber olido su perfume inmaterial, estar cobijado entre sus tentaculos del amor. Pero, ahora, en frio y a flor de labios y con cuchillos de saliba no hago más que dudar de mis dudas y al saber que ahora todo se hunde y ciertamente sólo tu puedes salvarme. Sus ojos es la fruta más escasa que pude recolectar durante el oasis de mi vida donde aprendí de memoría la geografia de tus labios y el tacto de tus labios.
Al menos me queda emerger y poder gritar que la ficción es y será mi única realidad. Porque tu mera presencia resucitada de entre las muertas y alimentando los salvajes deseos del roce carnal me da entre otras cosas para seguir viviendo soñando que a esto no le afecta la inflación
Texto inspirado, modificado a mi antojo y casi plagiado de la canción «La espuma de Venus» de Héroes del Silencio