Se que lo que hago no tiene sentido; se que lo que digo cae en saco roto; se que mi mirada traspasa su horizonte, esquiva mi mis ojos; se que mis deseos no están en su barita mágica; se que mi voz es la que no quiere oir; un día, antes o depues, caeré en el olvido y lo mejor es asumir la derrota. Asumirla como amigo claro porque como amante no tengo rival. Veo sus ojos y es como si hubiera estado toda la vida con ella. ¿Donde están mis cicatrices? ¿Donde quedó todo el sufrimiento? ¿Donde quedaron las traiciones? Es como si ella no supiera que eso me ocurrió antes de llegar al desierto. Y por que me tuve que cruzar en su camino? Para sufrir, está escrito; pero dudo que una mujer llegue a entenderlo. Verla es saber que no puedo besarla. Este manicomio en el que vivo no tiene ventanas para huir, estoy enrejado en un martirio de locura. Que hago? Si la veo… mis piernas temblarán como barco en marejada. ¿Donde iré sin calcular el vértigo? A que agujero me enviará? Hasta que día podré disfrazar mi alma de amistad? Por que todo es tan dificil? Será que no soy guapo. Hablaré con Beckam, que me consejos, bueno Kiko me queda más cerca. AicilA.
Canción para hoy: «Salitre», Quique Gonzalez