No hay despedida sencilla. Nunca. En ninguna situación trivial y rutinaria de nuestra vida. Complejo es, en otra categoria, hacer una despedida correcta al que ha sido el jugador más importante en la historia de tu club. El Futbol Club Barcelona y Leo Messi tienen que entenderse para dignificar un adiós. Ojocuidado, no tiene que ser inmediato.
A Messi le quedan aún un buen puñado de partidos buenos. No tengo duda. Pero gestionarlos no es sencillo. Messi ha sido objeto de muchas diatribas en estos últimos meses. La mayoria, injustificados. Pero Lionel debería meditar si cuando él soñaba ser jugador de fútbol interpretaria ese papel como un deportista que camina por el campo, que no se entrega.
La goleada sufrida ayer por el Barça parte de una diferencia de actitud y caracter. Todo el rival se mostró vigoroso, agresivo que no violento y además entregado a una causa. El capitán del Barça hace otra cosa. No predica con el ejemplo ni tampoco con ningún gesto que aliente a la banda. Una carrerita por aquí y otra por allá y esperar que el conjunto del resto de compañeros se las apañen en defensa. El desajuste que él genera es irreparable. Sobre todo porque no puede exigir.
He aquí el gran dilema que un entrenador puede tener en esta situación. ¿Merece la pena que Messi juege andando los partidos que juega? ¿es mejor que juegue muchos menos partidos en la temporada pero con mucha más intensidad? ¿puedo modelar dos formas de jugar, una con el capitán y otra sin él? Que Messi gana, y a ha ganado, partidos él solito es un hecho feaciente. Otra disyuntiva bien complicada es la cuestión económica y la cuestión deportiva. ¿Que debe priorizar el club?
No es sencillo el papelon que se encontrará el proximo presidente de los culés. Un momento histórico, despedir al jugador que ha llevado al Futbol Club Barcelona a la dimesión de la excelencia, de la belleza poética en los versos futbolísticos. Acabar con casi una decada después con los restos de «El barça de Guardiola», el mejor equipo al que yo he visto jugar al fútbol.
A mi me gustaría un ejercicio de humildad por parte de Messi. Supongo que será dificil cuando alguien está en esa élite economica de ingresos, donde la parte deportiva ya no se sabe en que lugar está. Me encantaría que viajara en el tiempo, cuando era niño y que se confiese… Seguramente cuando él soñaba en ser jugador profesional de fútbol no pensaba en arrastrarse por un campo en el final de su carrera. Su trayectoria y su impacto en la historía futbolística merece que sus días en el Barça acaben en loor de multitudes.
