Vivo paseando por esta alfombra inhóspita de hinojos y al final observo, sin remedio, la ola que arrollará mis pies y con ella me iré tras su resaca, sumergido en la mar que nunca me preguntó si quería despedirme o si me llevaba algún compañero de viaje. Ahogado en la incesante busqueda de ser yo entre la selva habitada, puedo vivir varado, sufriendo la sequedad de la sirena, queriendo salir de la angustia de su quietud esperando a la ola que me mató, vuelva, vuelva y me empuje a puerto, amarre anclas y decida hacer un viaje por… donde? Llegaré sin remisión, a donde quiero salir, entonces, si vuelvo y voy, voy y vuelvo, donde está el fin? Será que nunca querré morir.