No hay que irse a playas infinitas, montañas lejanas o parajes de coral para sentirse liberado, para eliminar la energia negativa de la rutina, para impregnasrse de vitalidad y pasar momentos agradables. Mi liberación estos días ha sido mi pueblo. Sin duda, la llanura del campo castellano tiene por testigo a mi historico pueblo materno: Paradinas de San Juan. El reloj se detiene, solo el sol marca las horas. Cientos y cientos de aventuras tengo vividas en tan insigne lugar. Y las que quedan!! Sin duda, el viento de la meseta me hace sentirme libre, vivo y vital. Tengo la infancia veraniega curtida entre sus calles, sus rincones y lugares que un niño va descubriendo. Tengo amistades infinitas y perennes que no las derriba un huracán. Y tengo, miles de recuerdos que con especial sentimiento surgen en días como estos. Y aunque la llama del arbol genialógico se va apagando siento que tengo que disfrutar cada día como el último. Es muy especial. La puesta de sol más melácolica sin duda, es la puesta de sol de Paradinas divisada desde la hera familiar. El sol, se va derritiendo hasta ponerse por el oeste e ilumina el campo castellano al son de las campanas de la iglesia. Un día especial, sin duda. No hay mayor libertad que sentirse pájaro en la infinidad.
Canción para hoy: «Estranged», Guns ‘n Roses
Un comentario
O te has inventado una palabra nueva, o es «genealógico». Vega.