Por una vez en la vida puedo hablar y lo voy a hacer durante unas cuantas lineas de algo de lo que realmente se. Y puedo hablar con legitimidad de la obra musical de Búnbury y así pues voy a dedicar mi tiempo a evidenciar que Enrique Ortiz de Landázuri no es ningún plagiador y que Búnbury es un personaje capital en la música española de los últimos treinta años.
Se publica un ensayo titulado «El método Búnbury» y es el que desata, de nuevo, fuerza desairada en muchos de los titulares de diarios digitiles. Y sale a la palestra una palabra tan odiada por un creador como plagio. Este ensayo muestra las fuentes de inspiración en un buen número de canciones del artista maño a lo largo de su carrera que son generalmente versos de un parecido razonable.
Yo no me he leido el libro, áun. Lo haré. Más pronto que tarde. Pero no necesito ningún ensayo para saber de donde mama Enrique para componer los versos de sus canciones. Y eso que al autor del citado libro, Fernado del Val, nos puede unir una similitud ya que somos casi quintos y a ambos nos une la pasión por la música de Enrique Búnbury , en solitario y con «Héroes del Silencio».
En 1993 y yo con dieciseis años sale publicado el tercer disco de «Héroes del Silencio» con una canción que compone el disco que se llama «El camino del exceso»
donde se citaba textualmente el nombre del poeta inglés William Blake. A la biblioteca que me fuí recien estrenado el carné de adolescente a buscar un poemario del susodicho. Y sin mucho rebuscarlo encontré la cita «The road of excess leads to the palace of wisdom» (el camino del exceso conduce al palacio de la sabiduria). Este pensamiento Búnbury lo transformó en «es cierto, camino de exceso, fuente de saber». Desde entonces siempre me ha llamado la atención versos conocidos de otros autores que se reflejan en las letras de las canciones del genio aragones.
Hace unos años, con el disco «Helville de luxe» saltó la primera polémica al respecto con la canción «El hombre delgado que no flaqueará jamás». El maño entre otras muchas declaraciones analizó asi el tema
Ya que no puedo criticar «El método Búnbury» si que puedo juzgar los titulares leidos, las frases escritas, las palabras grabadas. La palabra plagio es una de las más feas que existe en mi cultura. Es arrebatar una idea a alguien. Es desnudar a alguien para abrigarte tú. Me crea irritación profunda y una verguenza ajena de desproveer a una persona de algo creado por su talento.
Si en una crítica musical la horrenda palabra plagio va junto Búnbury simplemente el firmante es un ignorante. Y es muy torpe escribir sobre algo que no conoces. Bunbury ha firmado sus canciones en al menos catorce discos propios y otras cuantas canciones para otros cantantes. LLeva casi cuarenta años haciendo canciones, escribiendo letras, estructurando versos. Que un creador se inspire en lo que lee, en lo que ve, en lo que oye es algo natural. Todas lo hemos hecho en algún aspecto de la vida. Es absolutamente erroneo decir que Búnbury plagia. Ahora bien existe la duda si debe citar al creador de frases que él firma en sus discos y que son iguales o casi iguales. Ahí puedo entender que se abra un debate aunque creo con rotundidad que los librillos que acompañan a cada disco serían casi una biblia de tantas citas que deberían tener porque hay versos que los puedes crear sin conocer para nada su coincidencia con otros creadores. Y crear el limite de lo decente y lo honesto es un algo demasiado superfluo. Yo creo que inspirarte en otros es algo totalmente comprensible. Aprovecharte tácitamente de ellos no. No creo que Búnbury lo haga porque ademas estaremos hablando de un puñado de versos, en ningun caso en una parte amplia de su obra músical.
Yo a Enrique como admirador y seguidor suyo me gustaria decirle que a veces sus pataletas son injustificadas. Unas declaraciones de su manager en «El Pais» no denotaban realismo. Al tipo le falta perspectiva y más vale que andaran con pies de plomo y no tirara por la borda el prestigio ganado a fuego en los escenarios por el zaragozano. No pueden crear territorio hostil donde lo que debe haber es un reconocimiento a la gran obra musical tan variada y ambulante como su último disco «Posible».
Siempre digo que si no has visto nunca en directo a Búnbury lo deberías hacer una vez en la vida. Es de largo, el artista solista más abrumador del panorama español. De verdad que merece la pena pagar una entrada por ver a este tio, sea cual sea su disco por que el espectaculo en directo siempre es una muestra de talento.
Asimismo en vez de enfrascarse en batallas que tiene muchas posibilidades de perder me gustaria que se focalizara en la creación de hacer un buen disco. Ya hace demasiado tiempo que no hace un gran disco, una década. El último «Posible» es un disco bien diferente a lo hecho en los tres anteriores. Pero necesitamos al Bunbury de la primera década del siglo.
Enrique, haz buenas canciones. Por favor.