Se presenta estos dias el segundo trabajo en estudio de «NAIF», duo salmantino, otrora cuarteto. Música ligera, pop sencillo, letras transparentes, ideas ingenuas que puede resultar ridiculamente triviales. Música tan respetable como venerable, rechazable o indiferente. Cada cual, lo sentirá a su manera.
Cuando en una crítica ,que debería ser esto, se entremezclan cuestiones personales pierde la perspectiva y la honestidad por parte del criticador, es por esto que no pretendo realizar ninguna valoración artistica a este trabajo musical pero si valorar, siendo generoso adjetivamente la trayectoria del grupo salmantino.
El éxito es la culminación de un sueño, la ilusión la mecha que enciende la vela del trabajo, el trabajo con todo lo que conlleva conduce irremediablemente al éxito. Un éxito que puede no corresponder al de los estadios llenos, a los miles de discos vendidos, a las infinitas firmas y fotos de fans, a los excesos del populismo.
Naif no tiene éxito, no llega al éxito, no será guiado hacia el éxito. No se puede aspirar a ese éxito cuando abandonas la senda de la sinceridad, de la honestidad, de la constancia y del sacrificio.
Abandonar a alguien para tu propio beneficio es ruin pero cuando ese alguien es tu mejor amigo, o al menos, eso le haces creer y crecido tambien con él, se convierte en el hecho más miserable que un ser puede realizar. Deberia saber el firmante de las canciones que, como yo dije, se aceptan las verdades sinceras pero no se olvidan las mentiras ocultas.
No me valen de nada letras que versan sobre lo que traicionas, no sirven parrafos citados por el hedonismo del escenario.
El arriba firmante se siente traicionado no siendo este amigo que cuento. Debería desear suerte, pero lo único que deseo es que algún día limpie su corazón para poder mirar a los ojos a lo que tanto quieres y que escribes en tus canciones. Porque en la vida no hay nada parasiempre pero siempre hay momento para saber explicarse.