En sólo un segundo del amor al odio, del cielo al infierno, del beso al desprecio, del año al siglo, de la pasión a la indiferencia, del triunfo a la derrota, del nervio a la calma, del odio al aprecio, del gusto al disgusto, del temor a la confianza, del vuelo a la caida, del karma al nirvana, del Espino a Madrid, de la traición a la fidelidad, de la tristeza a la alegria, del blanco al negro,de Patricia a Maria, del tacto a la distancia, de la felicidad a la tristeza… quiero besarte, tengo miedo a encontrarte. Esa dulzura traiciona el acuerdo, ávido corazón cansado de ambular. Y contra esto, tan sencillo como aprender a soñar despierto. No es sencillo ser fiel a la conciencia. Me pregunto si la conciencia conduce a la victoria, o como che derrumbado solo sirve para colocarse el ultimo de la fila de los ingenuos utópicos. Madrid, madrid, madrid… En sólo un segundo rozaré mi mano con la tuya… todo lo demás no me importa. Canción para hoy: «En sólo un segundo», Amaral