Rey vida, pon el aire que respirar. A tí entrego mi pulmón, la válvula que bombea el fluido espiritual. Ver que toda la vida no es un revés, la ida devuelve la venida. Rey amor, a ti genero mi inspiración. Caí por llorar, resucité por gritar. No apreté el gatillo cuando la visión se nubló, no estalló la polvora de mi sien. Rey noche, agitaste la bruma con la que perdí la perspectiva, el horizonte. No había esperanza y con la duda entre los dedos aprendí que las palabras que no existen me pudieron salvar. Rey madre, ni una linea vale para mostrar lo que te debo.