Dime, buen hombre, porque escondes tus manos en los bolsillos, engatilladas en el fusil. No me encañones de frente, como buen cobarde, acribillame por la espalda y despues de engañarme, dispara. Me dijiste que me querias y mira por donde, me querias a tu antojo desde mi verdad que al final no era la tuya.
Querias flores y te regalé la nada. Nada de lo que te dí te valia, nada lo apreciaste, nada lo agradeciste; si me pediste todo, porque te dí nada?