Cuanto echa de menos el fútbol un poquito de honestidad! Hubo un tiempo en que los futbolistas deseosos de mejorar sus condiciones económicas o simplemente en aspirar a contratos jugosos a nivel deportivo alentaban a sus agentes a usar «movimientos adecuados» para llamar la atención de los clubes. Siempre he oído decir y, sigo oyéndolo en estos instantes, que el jugador acaba jugando donde quiere. Y ante la imposibilidad de certificar lo contrario se atisban argumentos que afirman lo opuesto.
La semana pasada, una de las famosas agencias de calificación de solvencia nos dejó escrito en nuestras propias pizarras los campos donde el gobierno español tiene que ajustar o recortar, que cada uno utilice el término más adecuado. Es decir, que la voluntad soberana del pueblo queda totalmente sumergida bajo los argumentos del flotador de la economía: los mercados. Esos que mueven el dinero de forma oscura, esos que parecen no tener rostro, ni nombre ni apellidos pero que se mueven al libre albedrío en nuestras vidas en forma motor de la economía. Y al final, dictan lo que nos quitan o nos ponen nuestros gobernantes.
Y hoy día donde el fútbol profesional antes que deporte es economía, entonces es decir dinero, intereses, capitales, negocios…, priman una serie de personas que no juegan en el verde, ni sudan la camiseta pero que mueven futbolistas a diestro y siniestro bajo el amparo legal de la FIFA y que sin dudarlo se vuelven, a mi entender, en dictadores del fútbol. Y supongo que habrá representantes de los que hablo que tendrán una pequeña agenda de jugadores, otros que su mercado es el fútbol semiprofesional, otros de morfología muy sospechosa como son los fondos de inversión de jugadores y otros que son un poco de todo. Y creo que esta última calificación podemos encontrar al todopoderoso Jorge Mendes. Un empresario puro. Recurriendo a la hemeroteca uno puede crear una lista de todas sus operaciones, desde la primera con el malísimo portero Nuno que recaló en el Deportivo de La Coruña hasta cualquiera de este verano, y ver como los jugadores van en cierta manera donde el puede o quiere colocarlos. Y si para traspasar a un jugador hay que mover a un tercero a un club, cuarto, que no se sabe si lo quiere o no pero que tiene que tragar con él pues nada, que como lo dicen los mercados hay que efectuar la operación. Pero a todo este argumentario le falta el postre y es que es resulta poco decoroso para el mundo del fútbol que por un jugador como Falcao se hayan pagado 40 millones de euros más la compra de otro jugador que tenía que ir en el paquete, que un club pague 5.000 millones de las antiguas pesetas por una medianía como Coentrao, que un club histórico como el Real Madrid fiche a un jugador joven que ni siquiera tenía referencias positivas y debute con el primer equipo a los cuatro días y que posteriormente debute en la Liga de Campeones sin ser titular en su equipo filial y quizás la más oscura y sospechosa de todas, que un club en bancarrota como el Real Zaragoza se haga los servicios de un portero mediante un fondo de inversión que obviamente controla el magnate portugués con unas cantidades cercanas a los 9 millones de euros. Este es el fútbol de hoy.
Un comentario
Duda: contra la dictadura ¿es lícito utilizar medios violentos para rcuperar la libertad?. Políticos, banqueros y empresarios son muy duros en este país, pero todos tienen cuellos blandos.
En las cocinas suele haber cuchillos jamoneros.
No le busques relación.