No soy capaz de recordar las veces que me he equivocado. Es angustiosa la situación de bloqueo que produce una situación que me ilusiona porque la intranquilidad o los nervios se alían con mi estómago y quiebran mi pensamiento hasta que lo reducen a cenizas, a la derrota. Cuantos momentos deseo que lleguen y estando ahí, a la mera puerta, me tengo que echar atrás porque no soy capaz de afrontarla. Alicia, Patricia, Cristina, María, Teresa, Vero, Marta, Laura son solo nombres. Si les pongo rostros estaría combatiendo en una guerra civil contra la inoperancia, contra el deseo, con el fusil encojido y encasquillado. Un hielo refresca la mortuosa lengua voraz que nocturnamente sale de su cobijo de vez en cuando, de noche en noche. Todo empieza y todo acaba, lo que quieres que llegue nunca llegará.
Canción para hoy: «En los brazos de la fiebre», Héroes del Silencio

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