Esta racha de cariño inoportuno, esta cantidad infinita de besos que regalo cada noche, tantos que desgasto su tez, esta invitación a «sea usted feliz», esta timidez que se confunde con el miedo, este licor de tacto agresivo, estas caricias que presentan mis respetos, esta parodia del deseo carnal sin disfraz, estos versos que confunden a mi prima la rubia. Estos pantalones que no desabrochan la inocencia, esta blusa que grita para estar tirada en la alfombrilla, estas sabanas que sudan por bulerias, estas manos que te acarician para que no te despidas, estos ojos que te desnudan a ritmo lento sin premuras, estos dedos que imaginan tu compañia.