Ni siquiera en temas tan sensibles como la igualdad este pais consigue mostrarse unido. La huelga convocada el 8 de marzo es un momento único para visualizar la clara desigualdad en el que hoy, en pleno siglo XXI vive, o sobrevive, la mujer. Pero parece evidente que si eres de derechas y conservadora no la vas a secundar ni si quiera a apoyarla y si eres progresista vas a a protagonizar y respaldar la convocatoria. Una lástima. Y lo es porque más allá que no suscribas en su totalidad el manifiesto convocante si que muestra el hartazgo de un gran desesquilibrio histórico hacia el heteropatriarcado que precisamente esta fecha y esta huelga pretende mostrar.
Será porque he vivido siempre con mujeres , y afortunadamente piensan en muchas cosas diferentes a mi, que mi admiración, devoción, estima y respeto hacia ellas es simplemente infinita.
Pongamonos a analizar cualquiera de nuestras triviales situaciones diarias. En muchas, no existen esas distribuciones de roles por los que ahora estamos luchando. A cuantos de ustedes les chirrian los oidos cuando en la televisión o en la radio, un político, generalmente del espectro de la izquierda politica, habla de cualquier tema y alitera la expresión «todas y todos». Este pequeño gesto que en ocasiones parece un signo cansino de modernez de etiqueta progre solo intenta muy lentamente visibilizar y mostrar que la sociedad la compartimos a partes iguales mujeres y hombres y que en ningún caso debe haber prevalencia. Hoy día son más dañinos los micromachismos, estas pequeñas cosas que no damos importancia , en teoria, que pasan de un timpano a otro y no nos generan ningún cortocircuito mental pero que van horadando los derechos en forma de malas costumbres que las grandes tragedias que alimentan los informativos, demasiadas veces al año. Si vamos eliminando esas pequeñas y rutinarias conductas machistas estoy seguro que acabaremos exterminando el mayor de los delitos que es quitar la vida a quien nos la da.
alejado de cursilidades, romanticismos y actitudes dominantes hay que empezar a dejar claro que las mujeres requieren urgentemente una igualdad inapelable en todos los ámbitos de nuestra vida. Tenemos que ser iguales, tan sencillo como eso.
Las derechistas puede que tilden de extremistas y violentas a las activistas femeninas y estas a su vez de cómplices y servidoras de lo establecido a las otras. Ambas se equivocan y seguro que ambas tienen muchas cosas en común en su ideario feminista.
Si esta huelga, que no está convocada oficialmente por ningúna organización política en concreto, hubiera sido capaz de verse en toda la sociedad por una huelga apolítica otro gallo nos hubiera cantado pero claro, en esto tampoco vamos a cambiar porque si se lucha por algo vamos a identificarlo con unas y si se lucha por otra cosa nos iremos con las otras.
Sea como fuere, esta muestra de poderio femenino no hace más que reflejar el cambio que se va a realizar en este siglo, simplemente, porque al menos en España, ya son más. El cuento va a empezar a cambiar.