La oscuridad hecha muerte es la linterna que alumbra la inspiración y entonces se puede convertir en la luz, la luz cegadora que en su ejercicio de temblar el corazón, lleva de paseo a los poetas al Monte Parnaso, allí a morir escribiendo, a vivir queriendo, a querer muriendo. Ojalá hubiera nacido en Grecia hace 2500 años.