El chinchin del hielo sobre el vaso, la rodaja de limón exprimido, el refresco burbujeante emergiendo desde su incisiva mezcolanza con el liquido excitante. Dulce, muy dulce. Uno, otro y otro. Ya tengo manchada la manga del abrigo por sujetar la barra. Euforia. Un trago largo y otra conversación y ese perfume de princesa me atisba el inicio de un momento breve. Otro copa, otra canción que me haga comprender como soy y porque soy. Una sonrisa y un adios, otra conversación con mi amigo, el más fiel. No tomo sustancias aditivas. Solo quiero otra copa…. Puede que este, como otros momentos, haya pasado. No me importa. Aún quedan cosas por hacer.
Canción para hoy: «El camino del exceso», Héroes del Silencio