Nada tiene sentido en la vida si no se entiende la muerte. Nada tiene sentido en el amor si no se conoce el desamor. No tiene sentido la victoria si no sufrimos el fracaso. En el ocaso del día, cuando el cielo está teñido de lágrimas oscura, temo caer en la cama en solitario. Estoy cansado y desolado. Me gustaría dormir acompañado, aún pagando cada día una pequeña cuota de sosten de compañia, sin nada a cambio, simplemente que me permita sentir su respirar, que al alargar el brazo sienta compañia. No hay desesperación, lo que hay es que uno no nace para estar solo. Estoy cansado de hacer cosas solo. Es una constante. No caigo en la desesperación de tener que estar con alguien, que no se entienda esto, pero día tras día, aliento tras aliento, no hay animos cuando el día sale gris, cuando los ángeles no rezan por mí. En la monotonía de la vida surgen sorpresas. Surge Naïf. Quien no entienda la vida si no cree en la felicidad que no vaya a ningún concierto. Que no se acerque a mi. Aquella morena tetona que me sonrió merece mis respetos, por muy fea que era la jodia. Mis bendiciones, quiso hacerme feliz. Quien no conozca la felicidad, el optimismo… nunca podrá leer estas lineas. Si esto no es así, te invito a que te suicides.
Canción para hoy: «I’ll find the way», Rachael Yamagata