Vértigo al intuir la caída, pavor a la imagen decadente, al derrumbe sin remisión peor que el indice del dinero. Funambulista sin profesión, cada noche una titulación. A ver quien busca una salida? Verdugo de mi propio personaje, ahora que todo cae en picado… ¿quien se va a creer mi historia? Todo aquello que sucedió tan deprisa llegó con la inmencia del presente; se pudo romper el alambre pero prorrogó la agonía. No son años dorados sino embrujados por el largo letargo que me acompaña. Y no todo está perdido pero a ver quien tiene arrestos para cambiar la historia. Algún día las barras de bar me dejarán de sujetar y ayudará al quitar la red y que el golpe se oiga en silencio, irrumpiendo en la rutina. ¿Quien puede quererte ahora?
Canción para hoy: «El artista del alamabre», Amaral