Al valiente, al vitalista, al intrépido, al atrevido le llaman loco. Si no llevas tu vida por los parametros establecidos por la sociedad en la que vivimos somos unos incoscientes, ingenuos y sobre todo inmaduros. Tener un trabajo más o menos estables del que se obtenga un rédito en forma de nomina mileurista, asentar la cabeza al lado de una mujer, estar ahogado por la hipoteca bancaria, tener un horario esclavizador de trabajo. Pero si no cumples alguna de estas realidades estás al margen de la sociedad moderna. Es mi amigo, es mi tio, un colega, un primo con un comentario en tono jocoso el que me recuerda cada uno de mis pecados. Aborrezco los estereotipos. Dejenme vivir libre: sin hipoteca, sin mujer, sin precariedad laboral. Dejenme pensar en mejorar, en romper barreras, en otro recorrido, en otro trabajo, en otra via que lleve un tren de alta velocidad. ¿Donde está la felicidad del hombre? ¿Quien marca el limite de lo correcto? Yo, este cobarde, el arriba firmante.
Canción para hoy: «Al respirar», Vetusta Morla