"Quien quiera cambiar el mundo debe empezar por cambiarse a si mismo" - Socrates -

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"Quien quiera cambiar el mundo debe empezar por cambiarse a si mismo" - Socrates -

Todo en orden

Tiempo de lectura 6'

No llevaba ni dos semanas de viaje pero lo más relevante y destacable es que no me había pasado nada. Así, tirado directamente, resulta dificil entenderlo pero es que cuando no pierdo las llaves me olvido la documentación, cuando no se me rompe una cremallera se me rasga un pantalón. Una vida entera así y resulta que a miles de kilómetros de casa lo más resaltable, además de lo que había conocido mi vista, era que no había sufrido ningún percance que alterara mi normal discurrir de la vida. No había ninguna preocupación que subsanar. Si que estos primeros dias tiraba demasiado de telefono movil en los albergues, el wifi era como el anhelo de un viajero conectado con otra realidad. Aunque quiero recordar lo que pasó hasta ahora puedo anticipar que uno de los errores que intentaré no volver a cometer en una situación parecida es pretender estar conectado con un lugar donde no estás. Tenía, sobre todo, tres grupos de personas a los que les iba contando todo. Mi familia, el comando batuecas y la chica del sofá. Ni unos más ni otros menos pero creo que con la experiencia que tenía de haber viajado sin ese tipo de tecnologías tenía, durante todo el viaje, que haber estado mucho menos conectado con el entorno charro. Y sobre todo con ciertas redes sociales que lo único que hacían era entretenerme sin ningún beneficio para mi.

No obstante los tres días del sur de Chile me regalaron una belleza infinita para mis ojos. Punta Arenas y Puerto Natales con su espléndido Parque de Torres del Paine contribuyeron a que mi exploración del mundo natural fuera muy sastisfactoria. Aquello era, y es, precioso. Y eso que en Punta Arenas fue mi primer momento de debilidad debido al aburrimiento. Conocí una muchacha bien maja, amable y tímida que le costaba explicarme cosas del parque aunque ella se dedicaba a ello y queria montar algo empresarial relacionado con la naturaleza.No se que será de esta simpática chilena, Chaterine, la verdad. Hecho el apunte he de decir que Punta Arenas me resultó una ciudad bien complicada. En Puerto Natales surgió la posibilidad de tomar unas cervezas, no recuerdo el porqué ni con quien. En aquel bar de aquella plaza corrieron chupitos velozmente de la botella a la boca. Es de esos días que amanecí por que la vida me sonrió. La suerte del vividor. El caso es que regresaba a Argentina rumbo a El Calafate, tiraba de otra amistad con via intermediario, en este caso Marta. Me recibió Koke con una disposición a la guia alucinante y me ayudó a que ese par de días no se me olvidarán nunca, pude conocer un dia el Perito Moreno y otro dia hacer una caminata hasta el monte Fitz Roy el cual no pude hacer cima porque mi estado físico empezaba a deformarse. Los copiosos desayunos argentinos siempre acompañados de dulce de leche y las comidas no ordenadas iban ayudando a coger peso. La cerveza tambien. En aquella caminata pasé una de las mayores verguenzas de mi vida ya que coincidí con dos españoles en un momento de la misma y empezamos a hablar de deporte. En un momento, él era un conversador extraordinario, a este hombre le digo que yo he hecho triatlon y le cuento lo duro que es. Un buen rato aburrí a este hombre con mis hazañas, le hablaba del material que usaba y el me decía que tambien había hecho triatlon. En un momento, la chica me dice que ha sido campeón de no se que. Él, muy sencillo y humilde, habla en modo nostalgia del triatlon. Nos hacemos unas fotos al llegar a un lago precioso desde donde se divisa el Fitz Roy. Me despido ya que voy en modo escalador y que quiero hacer cima antes de cierta hora. Aunque no llego arriba pues me encuentro cansado, el ascenso es dificil, pedregoso y muy empinado hay algunas imágenes que se me quedan en la retina. Una es un tipo que lleva a sus espaldas una enorme silla porta bebés, con lo cual rapidamente saqué el recuerdo de todos mis amigos y amigas que alguna vez dicen: «como vamos a ir con el niño…» Y esto se usa quizás para no ir a la playa o al campo. Esto era un monte y no había nada alrededor, increible. Otra imagen es la belleza por si sola de la montaña, la senda por donde caminaba, los charcos que sorteaba, los árboles, no escuchar ruido molesto. Era un paraiso. Al llegar al hostel conté a mis amigos del Comando Batuecas que tambien eran triatletas aficionados al tipo que había conocido y del cual no recordaba el apellido. Resulta que era Antón Ruanova, que al año siguiente volvería al triatlon de forma profesional. Menos mal que no le he vuelto a ver, porque quizás me pinta bien la cara.

kilometros
En mis anotaciones personales reflejé los trayectos en bus de elviajeambulante

Me despedí de Coque como siempre con pena como con cada persona que conocí pero con entusiasmo por seguir mi viaje y emprendí el trayecto en bus más largo de todo elviajeambulante, nada mas que treinta y dos horas hasta Bariloche. Llegué bien entrada la noche y no acerté con el hostel reservado. Empecé a pensar que esa no era buena táctica, la de dejar reservado. De tan cansado y desorientado que estaba descansé fatal y aunque en el día siguiente alquilé una bici para irme a unos kilometros y ver todo aquello no guardo buen recuerdo de esa ciudad y especialmente cuando cambié de albergue donde tuve serios problemas con unos estudiantes isralies. Pocas veces he sufrido interiormente tanto como aquella noche. Tentaciones, y cosas más feas se me pasaban por la cabeza contra aquella pandilla de sinverguenzas avasalladores. Llegado, por la mañana, con un punto de exaltación violenta reprimí mi ira cuando sabía que apenas me quedaba unos minutos en aquel hostel que hospedaba principalmente a israelies, dato este que desconocía.

Al terminar de desayunar el dueño de la hospederia me contestó, a mi pregunta de donde había un banco para sacar dinero, que valorara la posibilidad de cruzar a Chile para sacar tan alta cantidad de dinero puesto que yo calculaba que aún me quedaban al menos dos semanas en territorio argentino. Sacar dinero en cajeros argentinos es sentirse atracado por delante y por detrás. Al instante decidí irme a Osorno a sacar dinero, apenas serían doce horas de viaje entre la ida y la vuelta. Al llega a Osorno y casi sin bajarme del autobus decidi irme a conocer Santiago de Chile y de paso sacar dinero.

Y seguía sin pasarme nada, nada de nada. Ni una herida, ni una rozadura, ni un olvido, ni un roto ni un descosido.

Próximo capítulo: Cerca de la luna

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"Sólo los locos tenemos suficiente fuerza como para sobrevivir, sólo los que sobrevivimos podemos juzgar acertadamente lo que es la locura"

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