No creo que sea capaz de ver a dos palmos . Nada. Estoy cegado. O más bien, ciego que no es lo mismo y no es por voluntad propia pero la deriva a veces te deja fondeando en aguas por clarificar, es un cierto mal en calma con aviso de alarma. No hay oleaje reverso porque la resaca es traicionera. Las olas, no. La deriva tampoco.
Los silencios son eternos en casa. Hay una conspiración contra las maniobras de activación. Una onda expansiva está preparada. Que buenas frases estoy descubriendo en un libro pero que poco resuenan en mi interior. Pero el interior debería ser exterior. Solo el sol altera mis letargos. Impresionante. Un día y al otro tambien. Aquí me sonrie cada tarde crepuscular. Le devuelvo la sonrisa. Somos buenos amigos. Es un privilegio poder contemplar la caída del Rey Sol. Se cae pero al día siguiente se levanta. Esplendoroso. Radiante. Contagia. Es una alegría permanente tener la posibilidad de irme a encontrar con él bajo secreto de confesión. Y lo mejor, mañana vuelve.