Denoto que en mi mirada sólo sigues estando tú. Eso beso que no debí ver, esa mano que jamás tuve que observar, esa mesura que nunca debí sentir. Y sigues estando ahí, sólo cuando llego aquí sigues en el mismo sitio pero cuando quiero te vas y no apareces, y lo agradezco. Viendo que puedes atenazar mi vuelo agradezco tu partida, no enroque, no huida pero volverás al calorcito del humano. El viento te lleva de aquí a allá pero no volveras.
Canción para hoy: «Donde habita el olvido», Joaquin Sabina