Ahora, que gobernarán otros, ¿que dirán los que se dedican a la información y desinformación política? Saldrán a la luz trapos sucios del partido al que no apoyan? ¿Rellenaran lineas de sus diarios y horas de sus tertulias con opiniones complacientes y aduladoras o beligerantes y belicosas?
Será momento dentro unos cuantos meses de verdaderamente evaluar su cambio de editorial política cuando conozcamos los audiometros y las ventas de los diarios. Los que han apoyado a los socialistas históricamente será momento de remontar sus ventas y sus audiencias y los que en estos últimos años han apoyado a los conservadores tendrán que escenificar su opinión de una manera un tanto ecléctica para no ver menguados sus índices de influencia en lectores, oyentes y televidentes.
Pero claro, El País, por ejemplo y por extensión el grupo Prisa será durante cuatro años el azote de los populares siendo , seguro y no me cabe duda, mucho menos sensacionalistas y mordaces de lo que ha sido El Mundo en estos siete años y medio de gobierno socialista. Es decir, tienen muchos más argumentos sociales para criticar y sobre todo tienen mucho más conciencia de desarrollo de la sociedad española, no así El Mundo que seguirá con su cruzada contra la corrupción, chivatazos y demás asuntos de carnaza periodística que ya cansa entre los lectores más exigentes. No es por esto que la corrupción ya no preocupe, no resulte indiferente pero sus objetivos no pueden ser casos menores. Aunque lo corrupto no conoce categorías de indignación es posible que sea necesario una perspectiva más constructiva en la ética periodística.
Y los demás diarios serán como hasta ahora meros acompañantes de estos dos colosos en los datos de repercusión. Especialmente difícil lo tienen los más conservadores con la derecha en el poder. Es posible que nos encontremos con un repunte de «Público» en sus ventas. No dejas de ser cierto que los panfletos minoritarios seguirán teniendo un nulo interés de contenidos.
Y las radios? Creo que las variaciones serán menor al igual que en la tele donde la mayor incertidumbre será cuanto tiempo mantienen a Fran Llorente como jefe de informativos de RTVE y a grandes periodistas como Ana Pastor o María Casado en el ente público. Por el bien de la democracia, el PP sería inteligente si no modifica nada del reglamento actual de la radio y televisión pública. Porque además de opiniones, la cadena de todos lleva una compilación de premios, reconocimientos y sobre todo, audiencias que le hacen ser el referente informativo y divulgativo de este bendito país.