«El dia que te conocí
podría ser hoy o ser ayer,
el tendido estaba poblado
y la arena mojada,
los astados descontrolados
y yo con el mismo alma
que diez años atrás.
Y sin más las estrellas cayeron,
sin avisar guiaron su magia
con un ir, venir, aquí y allá
del manto del encanto
a la desnudez de un beso aterciopelado.
Y regresé, sin alma de Sabina,
al camino de perdición
senderos de exceso de emoción
como un clavo ardiendo en mi interior.
Y regresé, sin alma de Bunbury,
a la villa donde agité
mi alma, mi mente y mi contradicción,
cándido espíritu de redención.
Gota a gota, acorde tras acorde
perdido en el dia de la creación
estabas susurrando aquella canción
verso asonante, melodía sin razón.
El dia que te conocí
fue ayer o será hoy,
vuelta al ruedo con ovación,
paseillo hacia el adios…