Tengo la cabeza como un bombo. Y no es de locuras, si no de martirios. Sentimientos encontrados a la par de contradictorios.
Me siento liberado. No entiendo en que momento se me ocurrió compartir expuertas este diario. Contento estoy de volver al origen. A la voluntad de lo ajeno. A no ser centro de atención aunque sea solo por un instante. Ahora que lean cuando les apetezca y si no les apetece nunca pues no pasa nada. Cada día escribo peor, por cierto. Hace días leían un articulo de opinión en un digital de cuarto nivel y el escritor en cuestión me encantó. Qué difícil es escribir bien y bonito!
Ya tengo 44 y necesito un buen polvo mental. Algo que me agite el pensamiento, el corazón y el espíritu. Me veo decadente. He perdido insolencia y seguramente ilusión. No en todo. Pero si en lo fundamental que son las relaciones humanas.
Me dejó superado el fallecimiento de Antonio. Que abrazos tan intensos con Gabriela y Ana. Que cariño y dolor tan inmensos y sinceros
Marchita el no hacer deporte. El cuerpo, la mente y el corazón necesitan salir de mi lesión.
No se ni que canción poner hoy. Aquí hace una noche perfecta pero tengo mucho sueño y una cama demasiado grande. Alguna que me abrigue quizás