Estas lineas van dedicadas casi en exclusiva a los que no piensan lo mismo que yo. A todos mi familiares, amigos y demás conocidos, derechones o apolíticos, que se aburren en su ideario y que no tienen otra diversión que mofarse de una idea que cada vez está siendo más extendida entre los españoles. Es una fecha golosa para despotricar contra todo y contra todos, pero solamente voy a gritar contra unos que a los millones de gente que se manifiesta estos días los llaman antisistema. Pues amigo derechón, tú que lees con indiferencia estas lineas, si tú, tú eres una víctima del sistema que antes o después caerá igual que cayeron los Griegos, los Romanos, los Feudalismos y un sin fin de modelos socioeconómicos que tuvieron su inicio y su fin. Y ellos como nosotros no se quedaron aquí infinitamente y la humanidad, irremediablemente, continua.
Y yo, también soy antisistema.
Evidentemente no me gusta el prefijo «anti» pues denota unas actitudes demasiado virulentas contra lo que le sigue. Pero ciertamente si hay que calificar así a las personas que creemos que vivimos en una sociedad injusta, voraz, desequilibrada e insostenible pues sí, somos muchos antisistema. Pero además es que veo reflejada en los días actuales mis camisetas de hace quince años, mis carteles decorativos de mi habitación y mis cañas en bares premeditadamente poco sociables por no congeniar con lo establecido. Aquel pensamiento totalmente utópico lo vemos reflejado en las propuestas de Democracia real Ya y que son apoyadas por personajes de muy distinto índole política y social. Creo que estamos asistiendo a un trasvase de ideas, a una fuga de la comodidad establecida hacía una posición más creativa y comprometida con valores como justicia, igualdad, decencia, sostenibilidad, etc.
Desgraciadamente amigo derechón, poco te va a importar pero por lo menos tendremos que decirle a Rajoy que ya que no quiere dar ninguna explicación a sus ciudadanos, a los que le votaron y a los que no, a todos que nos ha engañado, que emplee una hora de su vida en escuchar al menos a un español, a un sólo español. Aquí le dejo el enlace para que no se queje de trabajo. Que se entere el mentiroso Mariano quien es este y de paso te invito a que lo conozcas tú: es José Luis Sampedro.