Apartadme, pues si hubiera pecado. De lo contrario, sumiso serás de tu conciencia inquisidora contra mi ser; mis días, mis manos y mis lágrimas. De algo tan inguneo, tan sencillo y honesto no puedo extraer el veneno del egocentrismo. Te perdono, moreno. El aire que respiro no está contaminado pero tu pensamiento invoca a la condena.
Canción para hoy: «Opio», Héroes del Silencio