Ni un gramo de madurez
Cuarenta y dos años y ni un gramo de madurez. Atrás queda un año, otro más. Un año bidimensonal, dicotomico y algo trágico. Empecé con la mayor ilusión que podía tener, tan grande que minusvaloré el riesgo. Feliz, contento y con una sonrisa que me hacía dar todo lo que tenía. Hasta que entrado el […]